Campohermoso (Boyacá).
Miércoles 30 de mayo de 2018
Largo y entretenido viaje.
Desde el aeropuerto El Dorado llegué hasta el Terminal del Norte bogotano en la calle 200 con autopista norte.
Apenas si tuve tiempo de comprar una bebida para acompañar los boliquesos que traje de la casa. Ya salía un busetón de la empresa Valle de Tenza con destino Campohermoso, de paso por el embalse del Sisga, Machetá, Las Juntas y Macanal.
Una vegetación espesa predomina al lado de la vía terciaria.
Antes de las doce salimos del Terminal en la buseta Hino de buena suspensión y, ¡oh sorpresa!, con trompeta de pedal, que conduce Marcos Prieto. Si el vuelo de Viva Air no hubiera salido tan puntual como despegó, no hubiera alcanzado esta ruta.
Viajo al lado del conductor de la buseta 995 que coincidencialmente tiene el número de los municipios colombianos hasta ahora visitados por este viajero experto.
Lo bueno es que en la mañana el sol siempre ha estado atrás, lo mismo en la tarde. La estrella tutelar volteó igual que nosotros.
Adelante de la represa del Sisga está el desvío de la troncal del norte y a pocos kilómetros pasamos por Machetá en donde pude tomar fotos desde el ingreso.
En Guateque paramos en el terminal de transportes para almorzar. Desde acá se ve allá arriba y en la otra ladera de la montaña, la panorámica de Guayatá.
También alcancé a enfocar la vista de Somondoco, el otro pueblo-pesebre que se aprecia más adelante.
La ventaja es que durante casi todo el recorrido no ha habido lluvia y en cambio disfrutamos de una tarde iluminada.
Más allá de Macanal pasamos por San Pedro, una vereda grande. Sigue Los Cedros el corregimiento aún más extenso. El poblado se ve al frente lo más de cerca, pero qué va, debimos andar una hora más antes de llegar a sus calles.
Algo parecido ocurrió después de Los Cedros: cuando ya habíamos coronado el alto se comenzó a observar, muy bello eso sí, el casco urbano de Campohermoso, sobre una ladera casi plana. Por su ubicación geográfica, Campohermoso se me parece a Pisba otro municipio boyacense.
Vistas sorprendentes.
La zona que sigue a Los Cedros, es hermosa. Esta es una región rica en aguas, lo cual favorece la proliferación de fauna y flora. Debimos pasar por encima de surcos de varias quebradas. La carretera es destapada pero de piso firme.
Se ven muchos árboles, casi todos anfitriones de plantas parásitas y con musgo en los tallos. Las begonias están florecidas y las orquídeas esperan hasta semana santa para mostrar sus lisonjas.
Unas cuadras antes de llegar a Campohermoso, se estaba complicando el paso del bus por un arroyo con piso estrecho y resbaloso. Tocó que el ayudante se colocara botas altas y con el pico quitara las piedras que la vertiente había movido a su antojo. Y fue necesaria también la pericia del conductor Prieto.
Y en mi caso, metí la pata en un hueco: la bota y el pantalón quedaron embarradas. Todo por tomar una buena foto. Je je.
Al fin Campohermoso.
A las seis de la tarde estuvimos en la plaza principal de Campohermoso. La suerte es que como no llovió esta tarde, todavía hay luz suficiente para tomar vistas del hermoso parque, con dos fuentes de agua y muchas bancas.
La iglesia parroquial me gusta menos, incluso por los escasos ocho fieles que asisten ahora a la celebración litúrgica. La casa cural en azul, ocupa media cuadra en seguida de la iglesia, de frontis muy sencillo.
La tarima en guadua que construyeron al frente podría verse mejor con un material diferente.
Campohermoso hace honor a su nombre: de calles amplias y limpias, está rodeado de verde.
Decora el centro una bella escultura del Cacique Pirazica, último soberano de los indígenas Teguas, una tribu indígena ya extinta.
En una de las esquinas de la plaza está el Polideportivo: un gran salón con canchas de tenis de mesa. Y a cuatro cuadras del centro se ubica la cancha de fútbol bien iluminada para que los jóvenes puedan entrenar también por la noche.
Tour en moto.
Al día siguiente, por $4.000 contraté a Julio quien me hizo un periplo por el pueblo en su pequeña moto Suzuki. Subimos hasta donde están los molinos de caña, uno manual, otro de piedra y uno más movido por bueyes.
De ahí pasamos al colegio de bachillerato y la manga de coleo. Porque ‘Campohermoso es un pueblo con alma llanera y corazón boyacense’.
Para quienes no conocen ese deporte, los invito a mirar el video de Oswaldo Jair Montenegro. En la faena no se le hace tanto daño al toro que da una vuelta campana sobre terreno blanco.
https://www.youtube.com/watch?v=7J0djrwddiM
Bajamos al monumento al Divino Niño y de ahí al cementerio que muestra algunas tumbas en modo vintage.
Antes de salir de Campohermoso probé las deliciosas almojábanas con abundante queso que prepara Ana, la señora del hospedaje ‘La Posada’. Ricas y recién horneadas, qué delicia.
A las nueve de la mañana salí en la buseta de la empresa Delfines que me llevará hasta Tunja por $30.000.
El alcalde de Campohermoso 2016-2019 fue Pedro Miguel López Vela y hasta el 2023 es el señor Jaime Yesid Rodríguez Romero.
Acá habitan en total 4.000 campohermosanos, 800 en el pueblo y 3.200 en las veredas.
