Buesaco (Nariño).
Aprovecharé la mañana para conocer este pueblo que he visto dos veces desde el avión, antes de aterrizar en el aeropuerto Antonio Nariño de Pasto.
Reconforta ver desde lo alto el casco urbano que no es más que una calle larga cobijando la cuchilla de la cordillera.
Sobre todo si hay viento de cola o si es preciso hacer varios intentos antes que las llantas del avión toquen la pista, mirar a Buesaco es una entretención que devuelve el aliento.
De Pasto a Buesaco
Los pastusos son muy correctos, lo he comprobado en los taxistas con los cuales he viajado, siempre entregan monedas para dar las vueltas completas.
Al nariñense le cuesta infringir las normas, y eso es admirable.
Viniendo por carretera desde la capital nariñense, se sube al Túnel Daza y luego comienza el descenso hasta Buesaco. Todo el recorrido dura 50 minutos.
El paisaje es impresionante, se transita por pavimento nuevo con vista sobre planicies fértiles y cultivadas.
La conductora que maneja la buseta tuvo que entrar al pueblo por la vía de la derecha aún sin pavimentar, pero lo importante era que no nos detuviera el desfile.
Cuando llegamos a Buesaco, salía la procesión con motivo del Carnaval. Una manifestación precaria, con algunas carrozas pequeñas y escasa concurrencia.
Centro del pueblo.
El templo de Buesaco está bien, quizá más decorado de la cuenta, sobre todo por las figuras geométricas. Pero las columnas gruesas y el cielo raso iluminado se ven agradables.
Algunas edificaciones del centro son de cuatro pisos, no hay mucho espacio disponible para más construcciones. De resto, faldas y pendiente a diestra y siniestra.
Para mí el que el pueblo esté en el filo de la cordillera, tiene la ventaja que ofrece muchos balcones para divisar. Y eso abre posibilidades.
Contraté a Fabio, un moto-taxista con quien anduve por puntos estratégicos. Primero avanzamos hacia el norte, donde queda el Hospital con buenas instalaciones, y el Estadio: una cancha plana con graderías suficientes.
Llegamos hasta el extremo norte, desde donde se divisa bien la calle principal, y la iglesia de espaldas.
Más al fondo se ve la panorámica de San José de Albán, y encima de ese municipio, dos cerros a manera de senos femeninos.
Pasamos frente a la Plaza de Mercado cubierta, y después fotografié a una yegua con su potrillo.
Puente Jamundí
Adelante de Buesaco y hacia el norte, está el Cañón del río Juanambú, una depresión tan bella como la del Chicamocha, aunque más pequeña y menos profunda. Tiene abajo, en pequeña planicie, un oasis fértil, a través del cual corre el río.
Y en lo más profundo, el puente amarillo precedido de una Virgen colocada sobre encumbrado pedestal.
Para descender hasta el viaducto hay que bajar por curvas, casi siempre estrechas, que serpentean la cordillera. Es una vía segura, con buen asfalto y mejor vista.
Me encantó conocer este otro famoso Cañón. Siquiera se me ocurrió hacer la ruta del Norte del departamento de Nariño.
El alcalde de Buesaco hasta el 2019 es el señor Hugo Armando Castro López y hasta el 2023: Nilson Luis López.
Acá habitan en total 22.000 buesaqueños, 5.000 en el pueblo y 17.000 en las veredas.
Domingo 3 de enero de 2016