Buenavista (Magdalena) 1 / 2.
Con tanta humedad por el agua que se evapora de la Ciénaga Grande de Santa Marta, en Nueva Venecia vale la pena levantarse temprano y estar pendiente del amanecer con arreboles.
No sólo en las mañanas, al atardecer es común encontrar un firmamento pintado de naranja que al pasar los minutos se degrada a rojo y violeta.
Otro pueblo palafítico.
Entre Nueva Venecia y Buenavista el pueblo vecino, hay media hora de recorrido en lancha. Buenavista es otro corregimiento de Sitio Nuevo (Magdalena).
El viaje fue muy agradable, con la vista permanente del cono invertido que forma la Sierra Nevada de Santa Marta que, ya no tiene la crema chantillí encima, o al menos desde este ángulo no se aprecia la cubierta de nieve en la cúspide.
Tan pronto pasamos el cordón de árboles, ahí mismo se divisa el pueblo de Buenavista. En solo 20 minutos hicimos el recorrido.
En un día de sol abierto como el de hoy, se ven hermosas las casas lacustres pintadas con tonos vivos de los cuales toma sus colores el arco iris. Son viviendas edificadas sobre pilotes que se anclan en el fondo de la ciénaga.
Este pueblo es aún más pintoresco que Nueva Venecia, aunque las casas están repartidas de manera desigual y distante. Lo bueno para un fotógrafo es que casi todas las viviendas están pintadas de tonos pasteles que las hacen ver más atractivas.
Tour en bote Artesanal.
Acá también es fácil encontrar un boga que por 30.000 lleve a los visitantes a dar una vuelta al pueblo en su bote. En esta oportunidad será Ezequiel en su canoa, quien nos muestre en poblado en un paseo que dura 40 minutos. La embarcación se mueve sin motor, a puro músculo el boga arrastra la nave con una vara que soporta en el fondo de la ciénaga.
Al iniciar el recorrido daba pena ver a unos pelados que jugaban haciéndose disparos con metralletas hechas con tablas de madera. Seguramente el papá se las hizo. A él le hice caer en cuenta de su error, espero me haya escuchado cuando le sugerí que mejor les fabricará a los chicos carritos o barcos.
Hubo dos detalles que me encantó fotografiar: un niño que se desplazaba de una casa a otra, es decir, ‘atravesaba la calle’ para ir donde sus amigos, en una ponchera grande y se empujaba con ambos brazos. Y más adelante, unos bebés si ropa jugando inocentemente.
Al lado de algunas residencias construyen un encierro con pilotes, donde mantienen peces capturados que alimentan mientras llega el día de consumirlos.
Más allá aves tángaras salían presurosas del cable donde descansaban, apenas sentían nuestra presencia.
A las 9:30 regresamos a la casa de Ezequiel donde también hay tienda.
Una cosa muy positiva que se observa tanto acá como en Nueva Venecia es que, en las tiendas venden solo lo necesario, nada de mecato, papitas o chocolatinas. Los papás no tendrán con qué comprar y mejor que los niños se acostumbren a una alimentación más sana.
Cerca del medio día regresamos en bombas a Nueva Venecia, en solo diez minutos.
Sábado 30 de octubre de 2021.