Balboa (Risaralda).
Domingo 6 de diciembre de 2015
Balboa es un pueblito risaraldense de calles estrechas, con poco espacio, pendiente y sin plaza principal, pero ya ve, me encantó.
De pronto por la manera como me trató la gente y lo que deduzco de sus casas con jardines, jóvenes deportistas y fachadas bien arregladas.
Y es que este territorio del occidente risaraldense es muy bello.
No hay predio sin cultivar, generalmente están sembrados de café y plátano. Así que todo se aprecia verde y fértil.
El conductor de la buseta que me trajo desde La Celia, ese sí me colaboró y pude tomar fotos a la portada del cementerio balboense, que es muy bella.
Como al ingreso se ve una rampa que lleva a la parte alta del pueblo, pues de una vez me quedé allí para observar el casco urbano, con sol favorable a esta hora de la tarde y más adelante no tener que caminar por pendientes.
La cúpula redonda de la iglesia parroquial es lo que más se destaca del pueblo, incluso desde cuando se viene de La Virginia, a partir del Estadero
Casa Roja. Tiene un diseño imponente y luce bastante bien.
Pues sí que en la parte de arriba de Balboa hay todo un corredor de casas con excelente vista sobre la comarca. Son casas de gente humilde, pero decente.
Lo digo porque muchas tienen jardín en las fachadas y las personas que traté, fueron muy amables conmigo.
Especialmente me acogieron muy bien Alejandra y su madre. La chica fue mi fotógrafa y me tomó buenas placas con el pueblo al fondo.
Por las noches, desde este sitio se ven muy bien los pueblos de La Virginia, Pereira, Cartago y Belalcázar, cuyo Cristo se distingue de día.
Hay tres balcones con excelente vista en todo la calle de arriba. Este mirador no más, fue suficiente para que yo me enamorara de Balboa.
Fuera del pueblo, que no es muy grande, desde acá se contemplan las laderas de la cordillera sembradas todas de café.
Y en este municipio ocurrió algo muy especial: como Balboa está construido en una pendiente y no hay predios planos, ante la necesidad de un lote para construir el Hospital Cristo Rey, se optó por prescindir de la plaza principal y levantar allí el edificio de dos plantas, que sirve de sede a la clínica del municipio. Buena decisión.
Así que frente a la iglesia lo que hay es una explanada mínima. El parque más grande es el que está frente a la estación de Bomberos, a seis cuadras de la iglesia. En Internet encontré una foto de cómo era antes la plaza central.
Uno de los sitios más nombrados en Balboa es el ‘Romboy’ o glorieta, en donde se detienen los buses que pasan por un lado del pueblo.
Solamente los carros de Flota Occidental ingresan a las calles de Balboa, que son estrechas y pocas.
En la iglesia el cura celebraba la misa dominical. Allí fotografié la baldosa antigua y el anagrama de la Virgen Auxiliadora, en lo alto del altar.
Pero el pueblito hoy domingo, se ve animado y mucha gente haciendo mercado.
En una cancha sintética que hay cerca a la Alcaldía, se enfrentaban dos equipos de fútbol con buenos uniformes y barras a los lados, pues no quedó espacio para tribunas.
Y es que en Balboa no hay mucho dónde construir, casi todas las residencias son de dos pisos y algunas tienen escalas empinadas.
Algo queda del estilo de la colonización antioqueña en los balcones y puertas de ciertas casas.
Albeiro Rojas es un comerciante que tiene un pequeño almacén frente a la Ferretería. El hombre resultó lo más de comedido.
Por $4.000 me llevó hasta la Casa de la Cultura, la piscina municipal, el colegio y lo que llaman ‘El Estadio’, que es una cancha de fútbol grande y cercada con mallas de alambre.
Luego de agradecerle a Albeiro, me despedí de él y de Balboa en el round point, desde donde empecé a bajar a pie, a la espera de algún conductor generoso que me recogiera.
Apareció al momento un comerciante pereirano, en una Grand Vitara cuatro puertas automática, que tiene para la venta.
Según me contó después, mi conductor no acostumbra recoger a nadie, pero al ver ‘mi presencia’, decidió a detenerse. Hejmn, gracias.
Excelente el viaje con este amigo. Hablamos de los temas que a él le interesaron. Cuando alguien me recoge, a manera de cortesía, acostumbro conversar sobre cosas válidas para mi anfitrión.
Incluso invité al comerciante a tomar soda en la Casa Roja, el sitio todavía en el descenso, con mejor vista sobre La Virginia donde se aprecia la chimenea humeante del ingenio Risaralda y la planicie del Valle del Cauca.
Me quedé al llegar a La Virginia. Desde ahí se cogen buses que cobran como transporte urbano hasta Pereira, solo $1.800.
Apenas es la 1:30 de la tarde, así que tengo tiempo de ir a Marsella, más que todo para apreciar casas y sitios que sirvieron de locación para la telenovela ‘Las Hermanitas Calle’.
En Balboa viven unas seis mil personas en total, dos mil en el pueblo y cuatro mil en las fincas.
El alcalde de los balboenses hasta el 2019 es el señor Jorge Iván Pulgarín Montoya.
Señor Germán bueno su relato sobre nuestro municipio, lo esperamos en otra oportunidad para atenderlo como se lo merece, soy funcionario de la Alcaldia encargado de las redes sociales facebook y página web
twittwer.com/balboarda ahi podrá encontras fotos antiguas y recientes de nuestros bellos paisajes.
Hernan Castrillon
Gracias Luis Hernán, sí espero regresar algún día a Balboa. Éxitos en su bgestión.
balboa es uno de los municipios mas tranquilos y bellos de Risaralda, señor Germán lo invito a que nos visite nuevamente, porque le falta conocer aun mas sobre nuestros bellos paisajes.
Cierto, me faltó conocer los destinos de naturaleza que son variados. Saludos.