Aratoca (Santander).
Domingo 3 de agosto de 2014
En lengua indígena Aratoca significa: ‘más allá de lo alto del río’, en referencia al río Chicamocha que corre por lo más profundo del cañón montañoso.
Aratoca es ese pueblecito bello que se ve allá abajo, cuando uno lo bordea en la carretera que lleva del Parque Nacional del Chicamocha a San Gil.
La localidad de pronto se ve mejor desde arriba de la carretera, que lo que se aprecia estando en su plaza pública, que es más bien inclinada.
En Aratoca hay que destacar tres aspectos:
- La producción de fique y elaboración de sacos y artesanías con ese material,
- El pan aratoqueño de excelente calidad y sabor, y
- El Parque Nacional del Chicamocha que se construyó en predios de este municipio.
Hoy es día de mercado, así que hay mucha gente en las calles y sobre todo, en los alrededores de la nueva Plaza de Mercado, que queda a la entrada a la localidad.
Porque antes las compras se hacían en los tradicionales toldos ubicados en la plaza principal.
La mayoría de los habitantes de Aratoca: 6.000, viven en el campo. En el centro urbano habitan unos dos mil, para un total de ocho mil aratoqueños.
La iglesia Nuestra Señora de las Nieves es un templo colonial, de hermosa fachada en piedra, con grupos de tres columnas que soportan la espadaña.
El interior, está bien, con un retablo en madera y columnas de capiteles dorados.
La Alcaldía se encuentra frente al templo parroquial. Tiene la cubierta en asbesto cemento.
Ojalá el alcalde elegido hasta el 2019, señor Pedro Julio Corredor Cáceres, corrija esa falla. La alcaldía debería ser la edificación más bonita del pueblo y con el techo en teja de barro.
A pie bajé hasta la plaza de mercado, en donde contraté una moto que, por mil pesos me sacó a la troncal.
Observo mulas cargando fique, uno de los principales cultivos de la región, junto al café.
Un lugar muy hermoso para visitar en Aratoca es la Cruz del Picacho, que se divisa durante un buen rato, cuando se transita por la carretera troncal.
Desde esa altura se observa muy bien La Mesa de los Santos, Aratoca y el PaNaChi.
Antes de regresar a San Gil, fotografié la Virgen, muy engalanada, que está a la entrada a Aratoca, para mi colección de ‘Vírgenes de Carretera’.