Aranzazu (Caldas).
Martes 6 de enero de 2015
Sin ser el más bello, Aranzazu es uno de los municipios más amañadores de Caldas.
Esperé transporte cerca al cementerio de Neira, muy grande y bonito.
Pienso que estos camposantos, son otros predios que tiene la iglesia en todo el mundo y que próximamente, cuando se imponga la cremación, a esos lotes se les podrá dar usos diferentes .
No llevaba quince minutos esperando bajo el árbol, cuando me paró una Luv conducida por un funcionario de una Caja de Compensación. Esta vía hacia el norte, tiene poco tráfico.
Mi anfitrión contaba cómo los habitantes de Aranzazu son especialmente laboriosos, echados para adelante y muy comprometidos con las causas sociales.
Como esta región es de clima templado, abundan los cultivos de caña de azúcar, sobre todo en las laderas de la cordillera, café, plátano y yuca. También fique, aunque en menor proporción.
Cada dos años se celebran en Aranzazu las ‘Fiestas de la Cabuya’.
La iglesia de Nuestra Señora del Rosario no es una belleza, pero sí muy particular: de líneas rectas por fuera y curvas por dentro, es no solo monumental sino agradable.
Las venas curvas que soportan el techo, permiten cubrir una gran área sin columnas. De cubierta muy alta y una cúpula más empinada aún, con una aguja que rompe el cielo.
Dentro del templo hay vitrales muy coloridos a los lados, y un retablo de madera en el centro del altar.
De todas maneras tuvieron que freír bastantes empanadas, para financiar la construcción de semejante templo tan grande.
Debajo de la iglesia hay locales comerciales por lo que el acceso al templo se hace por los costados.
La Alcaldía Municipal de dos pisos, ocupa el costado occidental de la plaza.
Como de costumbre, solo la calle real o más comercial, es la única plana, el resto de vías son bien inclinadas.
Me llama la atención el nombre de algunas vías: Calle de la Congoja, Falda del Diablo o La última Copa.
De la arquitectura de la colonización antioqueña no se conservó casi nada y escasean los árboles en las calles.
Estuve conversando con el lector de los contadores de agua. Nadie como él conoce todas las calles del pueblo, es la persona más autorizada para informar sobre miradores y demás.
Anduve por el Colegio de las Hermanas Vicentinas, y la Institución Educativa Pio XI,
En un taller rudimentario, dos hombres sacaban de una llanta usada, los dos añillos centrales con el cual se hacen las rudas semejantes a aquellas con la cuales jugaba yo de niño.
En los años 50, éramos felices corriendo con nuestra rueda al lado, la cual impulsábamos con un palito.
Cada uno tenía su impulsor personal y por la noche, lo guardábamos con recelo, junto a la rueda.
Al regresar a la plaza principal de Aranzazu, me esperaba un plato delicioso, en la cafetería donde se venden los tiquetes de las empresas de transporte.
Comí una albóndiga frita, con dos trozos de plátano maduro, no, qué casado tan exquisito. Por solo mil pesos, me supo a gloria. Un bocado de lujo!
En la plaza de Aranzazu, saludé a un vendedor de lotería que exhibe en un cartón 24 billetes de $50.000, para motivar a los compradores de su rifa.
El parque de Aranzazu recién remodelado, quedó bien. Lo han decorado con matas de San Joaquín amarillo que lucen pintorescas. Las calles centrales, como la carrera sexta o Calle Real es agradable y muy comercial.
También decoran el parque una fuente de agua funcionando ahora y la tradicional estatua de Bolívar. Unas doce bancas con espaldar sirven de asiento a los jubilados del pueblo.
En el centro hay un escenario para eventos públicos con muros bajos para que se sienten los espectadores.
Más tarde suena la sirena de bomberos para anunciar a todos los parroquianos, que ha llegado el medio día.
Ahora me encuentro en la Escuela Normal Superior Sagrado Corazón, en donde en este momento salen los estudiantes muy alegres, porque hoy comienzan sus vacaciones.
Pero seguramente ya dentro de una semana les haga falta no tanto el estudio, cuanto el compartir los recreos con sus compañeros de colegio.
En la carrera sexta con calle tercera está la plaza de mercado y antes, en el edificio marcado con el número 3-26 tienen asiento la Emisora, el Auditorio y el Museo Arqueológico que, más bien es una colección de piezas pre-colombinas donadas por un oftalmólogo insigne de Aranzazu.
Casi todas las piezas pertenecieron a la Cultura Quimbaya.
Se aprecian en las vitrinas algunas urnas funerarias; ollas para cocinar en las cuales se encontraron residuos de comida en el interior y de hollín por fuera. Un cántaro mocasín con forma de buho, torteros y volantes, todos diferentes.
De la Cultura Muisca hay una copa con asas en forma de serpiente; sellos tallados en piedra; ollitas para triturar el yagué; también sellos en forma de rodillo a los cuales se les ponía un palito como eje para teñir telas.
Un cuenco naviforme, esto es, en forma de barco; un cráneo con nariguera.
También se exhiben varias alcarrazas, una de ellas preciosa, en forma de pájaro y con terminaciones muy tiernas.
Y qué es una alcarraza? Primera vez que escucho esa palabra que seguramente proviene del árabe.
Pues se trata de una vasija ancha con cuello angosto, elaborada en barro poroso y poco cocido, para que cierta parte del agua se evapore y de esa forma la que queda dentro, permanezca más fresca.
De esa manera los indígenas, sin conocer la teoría, aplicaban el principio físico de la evaporación.
Cerca a las escaleras que suben hasta el parque desde la variante, están la cancha de fútbol, el coliseo cubierto, la piscina semi-olímpica y una placa polideportiva.
Al otro lado de la troncal y sobre la ladera de la montaña se observa un bosque tupido con árboles nativos y guaduales que forman el Sendero Ecológico.
Y lo mejor está en la cima de la montaña. Se llama El Faro, y es un excelente mirador sobre el pueblo.
Lástima que no tengo tiempo de llegar hasta allá, pero me encantaría contemplar el casco urbano desde ese sitio.
Me parece una excelente idea haber hecho allí, esa garita en madera que desde acá se ve muy bien.
Me habían hablado de un Museo de Arte Religioso que tiene la parroquia. Así que busqué a Antonio Martínez, el sacristán quien a esta hora decora el anda para la procesión esta tarde con el Corazón de Jesús.
En las tres salas se guardan los pasos de semana santa, especialmente una imagen quiteña del Nazareno que data de finales del siglo XIX.
El guía me cuenta que casi todas las imágenes exhibidas en las naves laterales de la iglesia, fueron esculpidas en madera y traídas desde España.
También se exhiben en el Museo Religioso, cuadros antiguos con imágenes variadas, ornamentos para l celebraciones: capas, casullas y estolas; el sagrario en madera de la antigua iglesia de Aranzazu, etc.
Los alcaldes de Aranzazu han sido: del 2007 al 2011 Ovidio Salazar Serna, del 2012 al 2015 Gabriel Zuluaga Montes y del 2016 al 2019 Jorge William Ruiz Ospina.
Este municipio tiene en total 13 mil aranzacitas, de los cuales en la zona urbana viven 7 mil y en los campos hay 6 mil labriegos.
Uno de los fundadores del pueblo fue Juan de Dios Aranzazu, en su memoria lleva el nombre el municipio.