Anzá (Antioquia).
Viernes 5 de febrero de 2010:
A las tres de la tarde salimos de Medellín con mi novia y su familia, a una finca cerca de Anzá. Para llegar allá, se sale por Robledo, el Túnel de Occidente y en el Puente del Paso, de Santafé de Antioquia, se vira a la izquierda 25 kilómetros. Después del Túnel paramos a comer almojábanas y a esperar los otros dos carros en los cuales venía el resto de invitados.
Al día siguiente, desperté desde las seis de la mañana y me fui a caminar por el puente sobre la Pitanja y a ver ordeñar las tres vacas de la finca. Hay una que apenas ayer tuvo un ternerito café, hermoso. Más adelante admiré las gallinas rojas, el gallo cocotero y las garzas que de vez en cuando pasaban volando bajo, sobre el río Cauca. Pájaros de todos los colores saludaban alegres el nuevo día. Trinos de todos los tonos y melodías.
La tertulia de la mañana la hicimos a un lado de la piscina donde mi cuñado, tan chistoso como siempre, nos sorprendió recordándonos las palabras de Bolívar a Santander en el Páramo de Pisba:
‘Qué frío tan hifueputa!’
Al medio día nos echó el sol y fuimos al gran salón central de la casa. La finca tiene una mesa de comedor inmensa, y de un solo tablón de orejero, que mide como 5 metros de largo por uno y medio de ancho. La madera tiene unas vetas hermosas y gran solidez. Los asientos de la sala están forrados con cuero de res virgen, y son también macizos y cómodos.
A las cuatro de la tarde salimos para Anzá, a solo dos kilómetros de la finca, algunos a caballo y otros en carro. Al llegar a la plaza, amarramos las bestias en un callejón y nos sentamos en la Heladería Central a conversar mientras ellos tomaban aguardiente y yo saboreaba un cono de chocolate muy rico. Sin embargo alguien tuvo la feliz idea de comprar media libra de arequipe El Caribe, que untamos sobre obleas de un paquete de 50 unidades. Así todos disfrutamos de unas ricas obleas rellenas con dulce de leche. Qué delicia. Me quito el sombrero ante quien tuvo semejante iniciativa.
El alcalde de Anzá hasta el 2015 es el señor Luis Gonzaga Martínez Sierra. Güintar es el único corregimiento de Anzá. Este municipio tiene en total 7.500 anzareños, de los cuales 1.200 viven en el casco urbano y el resto: 6.300 habitan en los campos. Como se ve se trata de un pueblo bien pequeño, pero de aspecto agradable. La plaza es chiquita y la iglesia de San Francisco bastante bonita. De aspecto colonial tiene una espadaña blanca y en el interior un retablo antiguo en madera. El parque principal es agradable, tiene cuatro almendros, varias palmeras y algunos otros arbustos que dan sombra suficiente. Ahora se construye, un poco alejado de la plaza principal, uno de los 80 Parques educativos del departamento.
Anzá tiene sobre el occidente una atalaya, con una cruz que sirve de mirador sobre el pueblo y todo el curso del río Cauca. Para mis rodillas no es muy recomendable, pero quizá baste subir un poco para obtener una buena panorámica del sector. Hacia el oriente y en lo más alto de la cordillera se alcanza a ver la gran Ceiba que hay en el parque de Sevilla, el corregimiento de Ebéjico, donde estuve alguna vez.
Con mi novia fuimos a caminar por algunas calles. Al sur del poblado está el Hospital San Francisco de Asís. El cementerio lo vieron las amazonas, al entrar al pueblo a caballo y por un atajo. Al occidente está también un gran coliseo, como siempre, de poco uso.
Mi regreso de Anzá a la finca fue en un macho más bien terco. La bendita bestia esa no caminaba rápido y a mí tampoco me interesaba llegar pronto, sino disfrutar del paisaje ribereño desde mi cabalgadura. Y sí que es bonito este panorama. Bajando hacia la carretera y a medio camino de la pendiente hay un mirador estratégico con vista al Cauca y sus alrededores. Las montañas circunvecinas están ahora resecas por el verano tan fuerte, pero aún así se ven muy bonitas.
Desde el mirador se divisa un poco Armenia Mantequilla. Desde mi lenta cabalgadura disfruto también del hermoso concierto de chicharras que, a esta hora de las seis de la tarde, es muy nutrido. Montar a caballo no es lo que más me gusta, pero sí me divierto bastante con el aire cálido de esta tierra veraniega; los pastizales sedientos de lluvia y el ganado que roba los pastos tiernos que aún crecen bajo los alambrados. Las garzas que vi esta mañana, regresan ahora con sus buches llenos. Desde dónde vendrán? Para ellas no debe haber días festivos ni vacaciones. Me parece precioso todo este paisaje. Pocas veces había venido por este sector y de verdad que me ha cautivado. A esta hora en la tierra caliente todo se ve y se siente natural y sobrecogedor.
Domingo 7 de febrero de 2010:
Era la una de la mañana cuando me levanté a contemplar la noche, mientras reinaba total silencio. Qué oscuridad tan bonita y conmovedora. Me tiré en la hamaca a escuchar el más leve sonido de un insecto o el movimiento de alguna rama. Todo es perceptible en este amanecer tan delicioso de la tierra veraniega.
Después de desayunar, con nuestro anfitrión subimos hasta lo alto de la montaña a la hora menos indicada, cuando el sol estaba cercano al cenit. Pero no nos podíamos perder ese espectáculo de divisar el río, las montañas y la casa de la finca, desde esa altura y con sol más favorable.
En vista de que nadie más quiso acompañarme de nuevo al Morro, a las 4:45 subí yo solo, con mi bastón, a manera de tercera pierna, para deleitarme con semejante banquete de paisaje. Muy lindo. Precioso. Subí hasta donde se va a construir el mirador e incluso más allá a otro altico desde donde se divisa la curva grande que hace la carretera bordeando el río Cauca. Preciosa la vista a esta hora del atardecer.
Me encontré una pluma negra hermosa, vi volar bandadas de garzas sobre el río y regresé al mirador cuando escuché tres pitazos abajo. Preciso: ya estaban todos listos para salir y me esperaban. Bajé apresurado.
Un cordial saludo. Mi nombre es Emiliano Botero Ruiz, actualmente tengo previsto, hacer publicación de un Libro de Poesía dedicada a 125 municipios de Antioquia, categorizados por subregiones; en efecto, me permito solicitar su consentimiento para hacer uso de la fotografía del Parque e iglesia de: “Anzá Antioquia”, conservando debidamente sus derechos como autor de la misma. Para constatar la veracidad de la información, puede hacerlo mediante mi correo electrónico personal consignado en los datos. Te agradezco infinitamente tu colaboración.
Sí, puede utilizar la imagen de Anzá publicada en viajarenverano.com. Saludos.