Amalfi (Antioquia).
Sábado 12 de enero de 2013
Por estos días estoy visitando el nordeste antioqueño.
Las escaleras, como la que me trae hoy hasta Amalfi, desde Anorí, son carros mixtos, de carga y pasajeros, que hacen muchas paradas durante el recorrido, para recoger las canecas con leche o subir al capacete los bultos con productos del campo.
Las bancas van llenas de campesinos que salen los fines de semana a hacer el mercado al pueblo.
Para mí resultó muy agradable este viaje, porque tuve oportunidad de vivir todas esas circunstancias que poco se dan en la ciudad.
Durante este recorrido ‘echaron’ arriba y dentro del carro: canecas, cajas de gaseosas, bultos, líos y, hasta una moto pequeña, acomodaron entre las bancas.
Puente Acacias es el sitio en donde la carretera se bifurca: una para Amalfi y la otra hacia Guadalupe y El Salto, sitios que ya he visitado.
A las 9:30 pasamos por ‘El Mango’, en donde de verdad comienza el pavimento que llega hasta Amalfi.
Casi me da ganas de llorar cuando en la subida al ‘Alto del Oso’, observé cómo hace poco tumbaron toda la vegetación que hay al lado izquierdo de la vía, para sembrar pasto y engordar ganado. Qué horror!
Con todo y eso, el paisaje se ve encantador; desde esta parte alta se divisa allá abajo el embalse de Porce III y arriba, y mucho más lejos, se distingue, en este día abierto, el teleférico de El Salto, con sus caídas de agua a un lado.
A las diez de la mañana estuve en el parque de Amalfi, y de una salí a caminar sus calles.
En la carrera 20, está una casa antigua con muebles de estilo, lo más de hermosos. Se trata de la residencia de una señora descendiente de libaneses, quienes se establecieron en Amalfi hace muchos años.
Aprovechando que el sol está en todo el cenit y no produce muchas sombras, subí al montículo que está a un lado del pueblo, para fotografiar desde allí el casco urbano. La subida más expedita está al frente de la casa marcada con el número 16-56, de la calle 18.
Topográficamente este es un pueblo muy bonito. Sin embargo, la plaza principal como que no es tan agradable. No tiene un negocio bien
presentado, con mesas y sillas afuera como las tan decentes que hay en los pueblos del suroeste antioqueño. Aquí hasta la ‘zona roja’ está en el marco de la plaza.
Afuera de la casa cural, está repetido el famoso ‘Tigre de Amalfi’, que en otros tiempos fue el terror de los campos veredales y las haciendas de ganado.
Detrás de la iglesia se ubican las modernas instalaciones de la Universidad de Antioquia, que tiene sede en ‘el ajedrez urbanístico del nordeste’.
Entiendo que Amalfi recibe buenas regalías de parte de EPM, pues limita directamente con el embalse y la represa Porce III. Así que dinero debe haber para mejorar tantas falencias que se ven en el parque y la plaza.
Tomé algunas fotos, al casco urbano y a una yegua con potrillo que pastaban cerca. Bajé para visitar el Jardín Botánico San Ignacio, ubicado en la calle 23 con carrera 26.
Se trata de un espacio verde muy agradable para descansar y contemplar la naturaleza. Incluso hay un nacimiento de agua, del cual se surte parte del acueducto amalfitano.
Amalfí es un pueblo reciente. No se ven acá las casas bonitas con contraportón y zaguán que uno admira en otros pueblos antioqueños. Los techos de muchas casas son en eternit y en general la arquitectura tiene más un sentido práctico que artístico.
Las viviendas de dos plantas son excepcionales, ni siquiera en el parque las hay, a no ser la alcaldía, que es una casa vieja, bonita con balcones y ventanas de color rojo y un patio interior central empedrado. Sí es un pueblo muy bien trazado, por lo cual Amalfi es llamado también
‘El ajedrez urbanístico de Antioquia’.
Lo que más me gusta de este pueblo es el uso masivo de la bicicleta. Todo el mundo tiene una, incluso las mujeres la usan bastante, a veces para llevar en un sillín adicional a sus niños pequeños. A algunas ciclas les han adaptado un cajón lateral para llevar pocos kilos de carga. Es un pueblo plano donde casi no hay motocicletas.
Desde el Alto de la Virgen divisé La Ciudadela, un centro cultural recién construido, en lo que antes fue la casa de una gran hacienda. Entonces quise visitarlo y para ello contraté por $3.000 a un moto taxista improvisado.
En ese centro, que combina arquitectura moderna y colonial, tienen su sede la emisora, el Hogar Juvenil; hay un auditorio moderno y amplio, y como si en Amalfi no hubiera balcones naturales, hay allí un mirador desde el cual se puede ver todo el pueblo. También está en aquel alto, la Biblioteca y una moderna sala de cómputo. Qué bien, ojalá sea bien aprovechada esta excelente Ciudadela.
Ya empieza a refrescar la tarde, que hoy en Amalfi fue bastante veraniega. Se ve gente que sale a la plaza a dar su vuelta, para ver y que los vean.
También estuve en la emisora La Voz de Amalfi.
No es propiedad de la parroquia sino de dos particulares y mayores.
Estaban en la hora de los mensajes:
‘A Simón Tangarife en Chorro Blanco, que salga mañana por
Tachuelos a esperar a las muchachas’.
‘A Francisco Medina en el Roble que saque una bestia a
La Punta, que Nuri viaja hoy en el carro de la una de la tarde’.
‘A María Araminta García en Hojas Anchas que no recoja el
ganado hoy porque no hay vacuna. Avisa Hedilberto’.
‘En Anorí a John Fredy Pulgarín que trate de comunicarse
porque su esposa Sandra Milena tuvo una novedad y está
hospitalizada’.
Apuestas El Tigre, un acierto al apostar!
Desde el parque miré hacia el occidente, y entendí que desde la Virgen, ubicada al final de la carrera 21, con calle 17, también se debe ver muy bien el pueblo y más cerca aún, el parque principal.
Por mil pesos una moto me subió casi hasta mi objetivo, a solo seis cuadras del parque. Desde ese sitio se obtiene una excelente vista y dispone de una pequeña explanada afuera, para divisar. Es el punto que mejor perspectiva ofrece de los árboles del parque y el frontis de la iglesia.
Se aprecia muy bien desde acá la carretera que sube hacia el aeropuerto, y un barrio como de invasión que se está formando en las laderas del cerro
oriental, antes de la pista de aterrizaje.
Me siento tranquilo en el pasto al frente de la casa, a contemplar la panorámica tan bella.
Se ven claramente las 14 estaciones sobre las pendientes del norte, la ciudadela al nor-occidente, el coliseo al oriente y las escalas para subir a la otra Virgen, hacia el poniente.
Para terminar, entré a la iglesia por la Casa Cural, para fotografiar el interior.
El templo tiene una baldosa antigua muy original. Esta es una iglesia bonita, sobria, sin tantas imágenes esparcidas por las naves. También retrato una flores preciosas que hay en el patio de la casa cural, y ahora sí, a esperar que sea la hora de salir hacia Medellín.
La economia de Amalfi, como la de la mayoria de los municipios del nordeste , esta basada en la agricultura y en la produccion de panela a partir de cana de azucar . La produccion cafetera , aunque es incipiente, ayuda a la economia local. La ganaderia y la explotacion forestal son otros renglones importantes generadores de divisas .
Muy agradable e instructiva su descripción. Me sentí conociendo el municipio y las fotos muy buenas.
¿No tiene página en Facebook…?
Felicitaciones y continue con tan buena labor…
Saludos
Me alegro que le haya gustado, saludos.
Deseo ¡¡¡¡
Quiero ¡¡¡¡
Conocer ¡¡¡¡
Aproveche ahora cuando puede. Saludos.