Aguada (Santander).
En el campero Toyota 2008 de don Fortunato, viajé muy temprano de El Guacamayo hasta Aguada, en la provincia de Vélez, al sur de Santander.
Este carro es de los verdaderos ‘care-vaca’, que tienen sobre el capó el logo de la marca japonesa. En cambio a los anteriores camperos los llamaban ‘oreja de perro’, por la forma de los guarda-barros delanteros.
Avatares del camino
Por carretera en zigzag bajamos al puente sobre la quebrada para subir luego hasta el alto más empinado aún. De El Guacamayo hasta Aguada, el viaje dura hora y media.
Una cosa que he observado por acá es que casi no se ven motos, en cambio sí abundan los caballos, a veces abandonados en la carretera y otras veces utilizados como animal de carga. Parece como si el ‘progreso’ no hubiera llegado todavía a El Guacamayo y Aguada.
Recién salimos, el campero se llenó con campesinos que salían hacia sus parcelas. Y en una de las viviendas nos esperaba afuera un señor humilde con jarra de tinto y un pan que había preparado para darle al conductor.
Para mí no hubo pan, pero sí alcanzó un tinto que el campesino sirvió en el mismo pocillo en el que tomó Fortunato. Qué belleza, cómo es de querida y generosa la gente de las veredas.
En el poblado siguiente subieron al campero, que solo traía tres pasajeros, cinco señoras con niños de las mismas edades.
‘Ustedes ¿cómo que estuvieron todas en el mismo paseo, verdad?’, les pregunté en son de charla.
Son madres de familia que esta mañana tienen una reunión de salud en el coliseo de Aguada.
Por todas estas tierras abundan los cañadulzales y de vez en cuando se aprecia la chimenea alta y humeante de algún trapiche en molienda.
Antes de llegar a Aguada desde El Guacamayo hay un ascenso sostenido hasta el boquerón, con carretera sin pavimentar, pero piso firme en roca. Viene luego el descenso suave que nos lleva hasta el pueblo.
Alto de la Cruz
Al ingresar al casco urbano pasamos cerca al Alto de la Cruz, un mirador desde el cual, en horas de la mañana se ve muy completa la localidad, pero la iglesia no se aprecia de frente. La vista sobre las montañas y laderas de la cordillera oriental es profunda y fascinante.
Con razón Aguada se posesiona cada vez más como ‘El Mirador Turístico del Oriente Santandereano’.
No hay mucho comercio en Aguada. Lo más destacado en la plaza principal es la Casa de la Cultura en edificio antiguo de dos plantas que sirvió de sede a la alcaldía cuando todavía no se había construido la moderno sede, desde el cual despachan ahora los funcionarios de la administración.
Aguada es un pueblo pequeño y agradable, considerado la Cuna de la Guabina. No es muy plano, pero al menos el centro se ve bien. El piso de las calles está protegido con lajas grandes de piedra gris, de las que veíamos sacar ahora en un talud de la carretera.
La Iglesia parroquial muestra al frente una espadaña con tres campanas y dentro el retablo en madera con apliques en laminilla dorada, como respaldo al altar mayor.
Hace una mañana soleada y fresca. En el parque recién remodelado descubrieron canales de agua rastrera, la que alimentó al pueblo en el siglo pasado. Se ve muy interesante el espacio público con kiosco abierto y fuente de agua.
En estos días de verano, el piso de los corredores se adorna con pétalos rosados del guayacán florecido.
A un lado del parque se observa un monumento donde se guarda el Libro de Oro, con testimonios de cómo eran los tiempos en 1.993, cuando se cumplieron los 200 años de fundación del municipio. Ese libro deberá abrirse en el año 2043.
Bellezas Naturales
Entre Aguada y La Paz hay atractivos de naturaleza como El Hoyo del Aire, una gran abertura cilíndrica en roca y rodeada de árboles, de 270 metros de profundidad y 300 de diámetro. Lo particular es que en el fondo del hoyo crece una vegetación virgen que en siglos no ha sido tocada por el hombre.
Dicen que El Hoyo del Aire es la segunda caverna más grande del mundo, con vegetación en la base.
También vale la pena conocer en los alrededores de Aguada, el ‘Chorro Aviones’ que se forma a partir del agua que brota de una caverna.
Y en los contornos del municipio nos espera El Pozo Azul: un balneario de aguas claras rodeado de roca desde las cuales se lanzan clavados los bañistas. Las aguas del lago de verdad son azules.
Mercado campesino
De regreso camino hacia San Benito, Fortunato el conductor, se detiene en algunas fincas para comprar huevos, mandarinas o aguacates.
Los huevos que le tenían listos eran a 300 los de gallina libre y a 900 los de pisca. Esos de pisca valen por tres de gallina y todos tienen el mejor sabor por ser de aves que viven en libertad. Muy distintos a los huevos ‘de Purina’.
Mirando el video de solo un minuto, elaborado por Gorilón Photography, usted podrá complementar mi visión del municipio santandereano.
https://www.youtube.com/watch?v=VYaGtkm28yE
Si desea un documento más completo aún, puede ver el de la Universidad de Santo Tomás, de la serie ‘Por los caminos del gran Santander’. Este es el link del video:
https://www.youtube.com/watch?v=M2259IT7W60
El alcalde de Aguada hasta el 2019 es el señor Ramiro Javier Ariza Almanza.
Acá habitan en total 2.100 aguadeños, 300 en el pueblo y 1.800 en las veredas.
Martes 13 de febrero de 2018
OK, gracias por la observación, saludos.