San Pablo (Bolívar).
Jueves 20 de abril de 2017
Por el río Magdalena.
Al medio día salí en chalupa de Barrancabermeja hacia San Pablo, con escala en Puerto Wilches y Cantagallo.
El pasaje cuesta $26.000, para un viaje encantador a través de la vertiente más grande de Colombia.
Es muy agradable viajar por el río cuando está crecido y suave como ahora. El sol ocupa el cenit y dentro de la chalupa los pasajeros vamos bien protegidos de la intensa luz.
Estas chalupas tienen un diseño aerodinámico que cautiva. La embarcación se llama ‘Maritza’ y en una hora y cuarto nos dejó en San Pablo.
Cuando los buques que navegaban por el río eran todavía a vapor, San Pablo era un centro de abastecimiento de madera y escala obligada de las embarcaciones más grandes.
Apenas se desciende en el muelle metálico, hay que subir una pequeña pendiente todavía en tierra.
San Pablo, centro comercial.
El centro de San Pablo queda a unas 15 cuadras de donde las chalupas dejan a los pasajeros.
Un señor que venía en la embarcación me invitó a venir con él hasta el centro, en el auto que lo esperaba en el puerto.
Pasamos por el Coliseo y el Colegio Técnico y Comercial, un establecimiento grande con muchos alumnos que a esta hora salen de clases.
San Pablo es uno de los pueblos más grandes y de abundante comercio en la zona.
Sin embargo, muchos de mis lectores son más jóvenes que este municipio que en el 2018 celebrará sus bodas de oro.
La plaza central es inmensa, pero de verdad, muy grande.
En el centro, un parque que tiene de todo: cancha de patinaje, de fútbol, tarima, espacio bio-saludable, pero sin estatua de un héroe en el centro.
Pero ¿qué más héroe que el pescador que madruga a tirar su atarraya en el río?
La Casa de la Cultura también se ubica en el marco de la gigante plaza principal.
Llama la atención una casa con ánforas de cemento en la baranda de la entrada.
La iglesia tan grande como el parque; de torre lineal y con los bordes pintados de amarillo.
Mucho por hacer.
Dada su importancia como epicentro del sur de Bolívar, San Pablo sufrió como ninguno los rigores de la guerra.
Más de la mitad de su población se considera víctima del conflicto armado colombiano.
No todo el dinero que se recauda en impuestos se ha invertido en el pueblo. Calles principales se ven todavía con piso de tierra.
Lo que sí es muy valioso es la cantidad de árboles que dan sombra a las viviendas.
Para los siguientes años se espera una época de progreso y tranquilidad, ahora cuando el acuerdo con las Farc está en marcha y buenas administraciones lleguen a liderar el progreso del municipio.
Cada hora sale una chalupa hasta Barrancabermeja y como hace parada en Cantagallo, podré recoger mi morral en éste último puerto.
Un viaje divertido.
En la embarcación de la una de la tarde me acomodo en buen sitio, al lado oriental del río, donde no dará el sol de la tarde.
Qué viaje más agradable, bajo el firmamento abierto y con bellos paisajes.
Aves que vuelan solas o en bandadas. Árboles corpulentos de distintas especies en la orilla iluminada por la estrella tutelar.
En algún momento del recorrido me paso para proa para enfocar las banderas coloridas y las bocinas de la corneta de la barca.
El viaje desde San Pablo hasta Barrancabermeja dura una hora y media, en contra corriente, pues viajamos de norte a sur.
La nave se detuvo no solo en Cantagallo donde recuperé el morral, sino que también hizo escala en Puerto Wilches.
El alcalde de San Pablo hasta el 2019 es el señor Manuel José Rudas Rudas.
Acá viven en total 27.000 sanpablenses, 21.000 en el pueblo y 6.000 en los campos.
Admirable…ejemplo a seguir!!!
Ponte pilas tu también, saludos.
Excelente trabajo..Felicitaciones..Ese pueblo acogedor de personas alegre,,ess donde vivo y me iento orgullosa de el.
Muy bien que tenga sentido de pertenencia p’or su tierra. Saludos.
Me cuentan que cerca a San Pablo por los lados de la laguna de Cananetal se esta desarrollando un programa de Vivienda de Interes Social
Es correcto?
Gracias
Npo sabría decirle, hace tiempo pasé por San Pablo, pero seguro que en la Alcaldía le podrán dar la información. Saludos.
Una breve historia:
Hace ya un año una joven Venezolana de nombre Natacha Martínez se fue aventurar a ese pintoresco pueblo de San Pablo, supe por última conversación con ella a través de whapap que sobrevivia vendiendo rifas, pero de la noche a la mañana no fue posible contactarnos más. Si por casualidades de la vida alguien nota su presencia sería una. alegría saberlo. gracias
Ojalá la encuentres, Saludos.
Yo antes pensaba que este municipio era bastante precario y malo. En internet no se encuentra información muy exacta. Me sorprende lo que muestra, pues es el único lugar donde se muestran los lugares tal y como son. Saludos.