3 zapateros de pueblo.

Los jóvenes de hoy quieren ser freelancer, es decir trabajar por cuenta propia, sin tener un jefe o cumplir un horario. La flexibilidad es lo que más buscan las nuevas generaciones, para ejecutar diferentes trabajos al mismo tiempo o desde diferentes lugares.

No obstante, prefieren trabajos por internet o de todas maneras relacionados con tecnología, de ninguna manera labores artesanales.

Herramientas.
Herramientas de zapatería.

De ahí que hoy no es fácil encontrar operarios que hagan trabajos manuales de plomería, modistería o zapatería, labores en las cuales se trabaja de manera independiente y con horario propio.

En mis viajes por Colombia acostumbro conversar con señores de edad que realizan esas tareas aparentemente en vías de extinción.

Hoy les ofrezco un resumen de la conversación con tres zapateros en distintos municipios del departamento de Antioquia.

Plantas.
Jardín en la plaza de San Francisco.

San Francisco (Antioquia), sábado 25 de febrero de 2023.

Antes de llegar a la plaza de San Francisco se pasa por una pieza diminuta con puerta a la calle que sirve de taller y vivienda a Fernando, un señor amable de unos 52 años.

Fernando quería ser tracto-mulero, pero ya no había cupo en el SENA, solo estaban abiertas las inscripciones para estudiar zapatería y, ese es el oficio que ha desempeñado desde entonces.

‘Con el trabajito consigo para vivir, no me quejo’ afirma el zapatero que asume una pose elegante para ser fotografiado.  

Zapatero.
Fernando en elegante pose.
Ordenado.
Orden y limpieza.

Fernando mantiene su taller en orden y cómo no, pues ese pequeño espacio es también su hogar.

Y aunque se trata de un espacio reducido, tiene amplitud de miras: desde la puerta del taller se divisa también el corregimiento de La Piñuela y más lejos el casco urbano de Cocorná. De noche la vista debe ser espectacular.

Desde hace un tiempo nuestro amable zapatero le agregó a su oferta de servicios la reparación de ollas a presión.

‘Nunca dañes el día de hoy, por añorar el de mañana’, es uno de los principios que dirigen la vida de Fernando.

Escuela.
Escuela Ramón Vélez Isaza.

Salgar (Antioquia), sábado 25 de febrero de 2023.

Recorrienco las calles de Salgar, recordé que tenía pendiente una tarea: entrevistar al zapatero del pueblo, fui en su búsqueda y lo encontré cerca, antes de la Escuela Ramón Vélez Isaza.

A falta de uno saludé a Ernesto Vásquez el zapatero principal, Claudio Vélez su ayudante y Hernán de Jesús quien hace las entregas de los productos terminados.

Las reparaciones más frecuentes son Pintura, cambio de suelas, costura.

‘A veces se cristaliza la pega – como en las sandalias marca Brahma que repara ahora Ernesto – . Estas sí son unas sandalias finas, la suela es de caucho, no de pasta como las que traen de la China. De ahí que son durables y antideslizantes’, concluye el zapatero.

Zapateros.
Animada conversación.
Sandalia.
Cosiendo sandalia.

En los últimos años lo que más se presenta es arreglo de tenis.  Los viejos ya no estamos para esos tenis que usan los muchachos y es cierto: quienes estábamos allí, todos mayores de 60 usamos zapatos de cuero.  

Esta zapatería es especial porque tiene domiciliario y el cliente al recibir los zapatos reparados paga el servicio.

Hernán de Jesús con tercero de primaria trabajó en la policía, pero ‘Al miedo no hay calzones que le sirvan’, opina Hernán para explicar el motivo por el cual no esperó a pensionarse en las fuerzas Militares.

‘Es que para esos años 89 y 90 ya Pablo Escobar daba 20 millones por policía muerto. Yo no me voy a hacer matar acá. Permiso mi mayor necesito la baja. Si no, ya estaría pensionado, es cierto’ – concluye nuestro amigo con cierto dejo de tristeza.  

‘Los jóvenes de ahora solo piensan en la tecnología, opina Claudio. Dentro de poco no va a haber zapateros, ebanistas ni plomeros’.

Iglesia.
Iglesia de Montebello.

Montebello (Antioquia), sábado 15 de abril de 2023

En Montebello todo mundo se conoce, así que si se pregunta por el zapatero del pueblo cualquiera dará razón.

Fernando Morelia el zapatero de Montebello, vive y trabaja en una casa de dos cuerpos.

En la primera edificación se arregla el calzado y la vivienda propiamente se ve al fondo del predio.

Fernando abrió el taller, nos invitó a entrar y comenzó a revisar bolsas y correr estorbos para acompañar sus palabras con evidencias concretas.

Taller.
Taller de Fernando.

Primero escuchamos los quejidos de nuestro anfitrión: los materiales han subido mucho de precio, por ejemplo el neoly y la pega amarilla. La gente no viene por los zapatos que deja, cada rato esto se llena de zapatos viejos.

El papá de Fernando abandonó la familia estando él muy pequeño y su mamá murió pronto así que a los 9 años el zapatero se quedó solo en el mundo. Los tíos recogieron las muchachas pero ninguno de ellos dijo: Vea negro, venga para acá…

No obstante le faltaba lo peor: en Palmira tuvo un tropezón con un policía que le dió duro en la cara. Entonces Fernando ciego de ira tomó la decisión más equivocada.

A las dos cuadras lo cogieron y pagó tres años en el Preventorio. Nadie visitaba al negrito, no obstante en el reclusorio aprendió a leer.

‘Me fui formando y aprendí a trabajar y ya se me hizo fácil la vida’.

En el reformatorio me dieron la idea: hacerme amigo de los remendones de zapatos para aprender el oficio: ‘Mire vea, yo le colaboro y usted me enseña porque quiero aprender’.

Empanada.
Esposa de Fernando.
Banco.
Bolso que sirve de ‘Banco’.

Con la actual esposa lleva 24 años. Ésta es el reemplazo y tan buena como la primera.

Después de mostrarnos las máquinas de coser que ha utilizado, Fernando nos enseña el ‘Banco Familiar’: la bolsa plástica roja en la cual guardan los pocos ahorros que consiguen.

En este momento solo conserva unas cuantas monedas, porque los billetes los tomó la señora para comprar los insumos de las empanadas que fríe en el momento.

Qué testimonio tan hermoso ese, Fernando y su esposa son de verdad luchadores que a base de esfuerzo y perseverancia consiguen el sustento diario.

Germán Vallejo

En este Blog publico relatos de mis viajes por Colombia y Antioquia. Desde el 2004 he realizado viajes, casi siempre solo, con pocos recursos y en transporte público. Estoy convencido que en un día soleado todo se ve más bonito, por lo que prefiero viajarenverano. Bienvenidos.

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