Valdivia (Antioquia).
A las 6:50 estuve en la estación Niquía y al momento llegó un bus muy moderno de Coonorte que iba para Montería. Le pregunté que por cuanto me llevaba a Valdivia, dijo que 20.000, ahí mismo me invitó a subir. Es que, pensé, es mejor ir primero a Valdivia que es más pequeño y regresar hoy mismo a Yarumal para pasar la noche allí donde habrá más opciones de hotel y dónde escuchar música, antes de irme a dormir.
Este bus tan cómodo y moderno hay que aprovecharlo para el máximo de recorrido. Es toda una nave con tres descansa brazos, bastante cómodo y suave. Me ubiqué en la segunda silla y como en la primera no iba nadie, bastó recostar el espaldar del asiento delantero y con eso fue suficiente para tener vista frontal. Qué maravilla, cuánta emoción!
Lo único para lamentar fueron las dos películas que pusieron durante el viaje: una sobre la vida de una pareja gay y otra, peor aún, sobre las situaciones y conflictos que se viven en una cárcel de EE UU. Qué bueno eso de que todos somos diferentes y tenemos gustos disímiles. Y qué bueno que bastaba que yo no viera el televisor para librarme de esas escenas de violencia. Y qué bueno que al otro lado de la ventana el paisaje era de ensueño, prados verdes con vacas de ubres templadas, cielo decorado con pocas nubes, camiones que pasaban cargados, casas campesinas con flores multicolores, para qué más!
De Medellín a Santa Rosa son 80 kilómetros, a Yarumal 130 y hasta Valdivia 170. En el Restaurante La Nueva Vía, de los Llanos de Cuivá, cerca de las partidas para Ituango, paramos 20 minutos para desayunar. La carretera desde los Llanos desciende hasta atravesar el río Nechí y de ahí en adelante se sube un trayecto corto para llegar, en solo media hora a ‘La Estrella del Norte’ como le dicen a Yarumal.
A partir de allí se asciende otro poco para llegar a Ventanas sitio que, como su nombre lo indica, tiene vista para ambos lados de la carretera. Desde donde hay una virgen encima de un pequeño cerro, empieza el descenso de diez kilómetros hasta Valdivia. La carretera está muy buena con pavimento nuevo y firme, incluso en la falla geológica de La Frisolera. Y desde cuando uno empieza el descenso, en un día despejado como el de hoy, comienza a verse allá abajo y sobre el filo de la cuchilla el pueblo de Valdivia. Definitivamente no hay como viajarenverano.
El inconveniente de este viaje fue que, nos detuvo durante media hora, la colisión de una camioneta que bajaba muy rápido y una tracto mula que subía cargada. De milagro no hubo heridos graves pues el golpe fue tan fuerte, que desubicó los ejes de las ruedas de tracción del pesado camión. Fue hasta bueno bajarme del bus e ir hasta el sitio del accidente, mirar el procedimiento que hace la policía, averiguar detalles del suceso y hacer fuerza para mover la camioneta y dar paso. Yo no me explico cómo muchos de los pasajeros prefirieron quedarse dentro del bus en vez de venir a fisgonear, pero volvemos a lo mismo: qué maravilla que todos disfrutamos de cosas tan variadas.
Por este sector hay varias casuchas hechas con palos y plásticos, en donde se ven niños que esperan una moneda. Supe luego y me consta, que esas casas están ahí hace muchos años. La gente les regala cosas y no falta el pasajero que les entrega dinero para que mejoren la vivienda, pero se gastan la plata en otras cosas. Es decir son personas que se acostumbran a vivir de la mendicidad, pues no hacen nada diferente a subsistir, no cultivan algo ahí mismo ni buscan otras alternativas como hacer artesanías o dulces para vender, etc. A la base de todo esto está, claro, la falta de educación y el poco espíritu emprendedor.
Ah, y otra cosa preocupante es que estas personas cocinan con leña, razón por la cual las montañas estarán cada día más deforestadas. En ese sentido el gobierno sí debería actuar de manera proactiva. Si se trata de personas desplazadas por la violencia, el hecho es que ya los años difíciles de la guerrilla no se volvieron a ver. Bueno, sobre este tema también habrá otras miradas y puntos de vista, menos mal. La buena noticia es que aún quedan muchos carboneros preciosos cargados de flores violetas y rosadas, que no les faltan en ninguna época del año.
Pues sí que a las once de la mañana me bajé del bus cerca de la pendiente de cemento, a través de la cual se llega directamente a una cuadra peatonal ascendente y de ahí a la iglesia, de cúpula monumental, que decora este pueblo. Valdivia es muy similar a Santa Bárbara. Parecen pueblos gemelos ambos con vista hacia uno y otro lado de la cordillera, con excelentes balcones hacia estas montañas verdes, con calles serpentinas y topografía alargada y muy quebrada. Muchas de las casas parecen edificadas sobre zancos.
El alcalde de Valdivia hasta el 2015 es el señor Francisco Javier Cárdenas. Según el censo del 2005, este pueblo tiene en total 17 mil valdivienses, de los cuales cinco mil habitan el casco urbano y 12.000 son campesinos. Se trata entonces de un municipio predominantemente agropecuario.
Este municipio norteño tiene dos corregimientos: Puerto Valdivia y Puerto Raudal. El primero se verá muy favorecido cuando construyan la vía que lo una a El Valle, la zona donde están construyendo HidroItuango. Porque existe el proyecto de unir a Santafé de Antioquia con Puerto Valdivia, y de esa forma poder viajar a la costa atlántica sin subir cuestas, Matasanoss y Ovejas, sino bordeando el río Cauca, por los municipios de Liborina y Sabanalarga.
Lo primero al llegar a Valdivia, fue ir al Palacio Municipal, una edificación de tres plantas y muy poco palaciega. Estuve en el salón del Concejo Municipal y la oficina de la Comisaría de Familia. La alcaldía tiene balcones desde los cuales se divisa muy bien el templete y ‘los Cristos’: un monumento al que justamente ahora le falta el Cristo y solo tiene las imágenes en bulto de María y San Juan. También se ve muy bien a esta hora de la mañana la carretera que baja desde Ventanas y el morro sobre el cual está la antena de celular.
Luego entré a la Casa Cural contigua a la iglesia. Por supuesto que es una de las mejores edificaciones del pueblo. Allí conocí al sacerdote que hace apenas tres días tomó posesión del cargo de Cura Párroco, después de haber estado varios años en Guadalupe en donde construyó el Hotel Real. Se trata de un Hospedaje propiedad de la Parroquia en el que, según el P. Álvarez, las instalaciones y el servicio son excelentes.
Antes del medio día salí a recorrer las calles de Valdivia, de topografía bastante irregular pero con vista preciosa hacia todos lados. La calle 10, una de las principales, llega en el norte hasta el Cementerio. Desde allí la vista es espectacular. Hacia el norte se aprecia la carretera que sigue por terreno más bien plano para luego, tres kilómetros adelante de Valdivia, descolgarse hacia el Puerto.
Me cuentan que uno de los sitios turísticos de Valdivia, es la Cascada Santa Inés, ubicada a 10 minutos del casco urbano, sobre la vía al mar. Luego bajé a la transversal 10 con calle 13 por donde pasa la carretera troncal del norte.
Más tarde y ya con el sol sobre el occidente, una mototaxi me arrimó hasta la base donde está la subestación de energía. Al costado norte de la subestación hay una casa con balcón desde la cual la vista sobre el centro del pueblo es también muy agradable.
Pero la mejor panorámica es la que se obtiene si uno sube hasta el templete que no es otra cosa que un excelente mirador que se construyó con guadua y en un punto estratégico. Qué vista tan espectacular. Desde aquí se ven los puntos interesantes de Valdivia. Hacia el sur el colegio de bachillerato dentro del casco urbano y en la cordillera del otro lado está Chorros Blancos, una sucesión de tres chorros perpendiculares que bajan a través de la montaña. En época de invierno se ven bastante gruesos, no tan delgados como se aprecian ahora. Antes de la iglesia está el Palacio Municipal con sus balcones en derredor; al norte el Cementerio en donde estuve ahora y más al fondo la carretera que va para Puerto Valdivia, a 45 minutos y 18 kilómetros de acá.
Luego de extasiarme con semejante panorámica, subí unos metros más arriba hasta donde están ‘los cristos’, un monumento o Calvario en donde están la Virgen y San Juan pero el pedestal
del centro aparece desprovisto de imagen. Entonces le pedí a Yohan, un niño del barrio que se subiera al pedestal e hiciera las veces de Cristo en la cruz. El chico este lo hizo tan bien que bien valió la pena una foto.
Para llegar hasta estos miradores no es necesario trepar desde la subestación por un camino empantanado como lo hice yo, sino que basta ascender por la calle 10 que tiene piso de cemento, hasta el sector de Palmarito, el barrio en donde están los dos miradores. Esa calle diez arranca precisamente donde está la Casa de la Cultura Braulio Berrío, una casa antigua y central que está muy descuidada y ahora amenaza ruina. Dios quiera que en esta administración la restauren.
La iglesia de Valdivia es bien distinta a todas. De estilo bizantino, fue diseñada por el arquitecto italiano Albano Germanetti. Además tiene una inmensa cúpula de color rojo que corona el edificio, y el interior está decorado con 16 frescos al óleo, que representan escenas bíblicas. Entre las ventanas de la base de la cúpula se ven alegorías del antiguo testamento: Salomé exhibiendo en su mano, la cabeza de San Juan Bautista; dos hombres cargando un ramo de uvas gigante, de la Tierra Prometida; la hoguera para el sacrificio de Isaac; David y Goliat, etc. Y sobre las columnas que sostienen la bóveda, hay imágenes en las que se representan parábolas de los evangelios: la multiplicación de los panes, el nacimiento de Jesús, María Magdalena, y demás.
Ocho columnas redondas y acanaladas con capiteles corintios sostienen el inmenso domo de media esfera y casi 20 metros de diámetro. Lo que si me gustó menos fue el zócalo, en piedra barnizada y oscura. La forma del templo es circular y debajo de la cúpula hay cuatro hileras de bancas, demasiadas, para los pocos fieles que vi en misa de doce.
Lo bueno vino después del medio día, cuando regresé a la iglesia y veo que las escalas para subir al coro son en cemento y libres de rejas. Total no había otra que subir hasta el coro para tomar algunas fotos. Pero lo mejor fue que esas mismas escalas en cemento seguían a mi disposición hasta el reloj, ubicado en la única torre que tiene la iglesia. Así que con un poco de susto subí incluso los peldaños que no tienen pasamanos para tomar fotos panorámicas del pueblo a través de las claraboyas, que permiten mirar hacia los cuatro puntos cardinales. La verdad me sentía un poco asustado y tembloroso. Qué tal que me dé un mareo y me caiga abajo, ahora cuando esta la iglesia sola. Por eso no me demoré mucho y bajé de nuevo al coro en donde no había riesgo.
Al frente de la iglesia está la tienda La Esmeralda y allí me tomé un perico mientras detallaba el centro de Valdivia. Este pueblo no tiene plaza sino que la calle principal se amplía algo, entre la iglesia y el parquecito que hay cerca de la estación de Policía. Esa es toda la plaza del municipio fundado por el capitán Andrés de Valdivia.
Me tocó esperar un poco antes de salir de Valdivia porque había dejado mi morral en el despacho parroquial y el Cura Párroco hace la siesta hasta las 2:30. Como no había almorzado, aproveché los pasteles que vendía en una olla, una viejita muy limpia y con ellos llené mi estómago. Deliciosos los pastelitos de pollo a mil, muy caseros y bien aliñados. Y la avena Alpina en bolsa, también estaba riquísima. De postre: un cono de $700.
Bajé a esperar carro a la troncal por el mismo sendero que se llega al frente de la iglesia por el cual subí esta mañana. Sobre la variante está el Coliseo Guillermo Gaviria Correa muy grande pero como que se usa poco.
Este viaje lo realicé el Martes 17 de febrero de 2009.
Hola Germán buenas noches! Espero q estés disfrutando de buena salud, es lo máximo que te puedo desear. Hasta hoy 18 de Mayo, hora: 8 pm
que me encontré con uno de tus escritos disfruté plenamente uno de tus viajes, pues tengo la «desdicha» que mi esposa poco gusta de la lectura y menos q le lean, pero eso si, como compañera en todos los años q llevamos como pareja, no encontraré una igual con cualidades de esposa, compañera y amiga. No te escribo más, porque no se si este este escrito te llegue. Sinceramente tu amigo de 74 añitos. Ya iremos conociendonos aunque me encuentro últimamente regular de salud. Dios te bendiga!
Hola Antonio, cómo agradezco tu saludo. Te felicito por tener a tu lado una mujer tan maravillosa. Que tengas salud y felicidad por muchos años más. Un abrazo.
German me encanta como paseas a la gente en cada viaje… me parece ir contigo. Sería bueno que pensaras en un libro, recopilando tus viajes y con esa sencillez de tus escritos.
Dios te bendiga y maría te proteja en cada paso que das…sigue disfrutando, me encanta viajar…un abrazo, Shirley.
Hola Shirley, pues el libro es el blog, que puedes leer en Internet. Gracias por tus palabras y anímate a viajar tu también. Saludos.