Arboletes (Antioquia).
Martes 21 de abril de 2009:
Tres por uno.
A 500 kilómetros al norte de Medellín, Arboletes es uno de los destinos de playa más interesantes en el Urabá antioqueño.
Sobre todo porque tiene tres lugares increíbles para recorrer: los 500 metros de playa de aguas tibias y a solo dos cuadras del parque; el volcán de lodo y la desembocadura del río Hobo en el mar. Al que pida más, que le piquen caña…
Arboletes es un pueblo agradable. Posee una plaza muy grande y, claro está, completamente plana. Hay algunos negocios con mesas afuera para tomar gaseosa o comer helados. Pero lo mejor fue lo primero que busqué: El Mar!
Imponente, hermoso a esta hora de la noche cuando apenas si se ven los cordones de olas blancas que llegan a morir a la playa. Anduve un poco por la arena, muy sola a esta hora y luego me acerqué al rompeolas sobre el cual anduve algunos pasos. Al fondo y a la derecha se aprecian las luces de algún caserío vecino. Y tras las chozas de paja, palmeras altivas.
A esta hora el mar está fuerte pero hermoso. Este sendero de rocas que es el espolón tiene la ventaja que uno puede llegar hasta el océano sin que se llenen de arena las chanclas. Porque en estos pueblos se anda muy cómodo con pantuflas.
Todo lo que he visto de Arboletes me ha gustado. Y sobre todo la brisa fuerte, qué encanto. Con la ventaja que acá no hay mosquitos: les cuesta sostenerse en el aire con tanto viento en contra. Qué maravilla, qué alegría haber venido a este lugar paradisíaco.
Anoche dormí super bien, por el cansancio de doce horas de viaje, y porque la habitación es comodísima: colchón duro, almohada bajita y helicóptero silencioso. Así que a las seis de la mañana ya estaba tomando el tinto que nos ofrece la administración del hotel La Floresta. Delicioso, con aguapanela y bien caliente.
El primer desayuno fue en el puesto de arepas frente al hotel. Deliciosas, asadas ahí mismo, al carbón, con hogao y queso molido más chocolate y por un precio justo.
La Playa.
Luego fui a la playa que está a solo dos cuadras de la plaza principal. Anduve por uno de los espolones a contemplar esa belleza cuando el sol aún no se había levantado y sobre el cielo brillaban copos de nubes blancas, como ovejas que desde lo alto veían desperezarse al astro rey.
Apareció un ingeniero que trotaba por la playa. Me habló del río Hobo que desemboca a unos siete kilómetros de acá y que, al igual que el Buritaca cerca al Parque Tayrona, le permite al bañista entrar al mar y luego refrescarse con agua dulce del río.
Con el ingeniero recogí algunos trozos de vidrios que hay en la playa, aunque ya con los bordes redondeados por el oleaje marino, no dejan de ser un peligro para el bañista.
Volcán de Lodo.
En seguida caminé hacia el Volcán de Lodo. Queda un poco retirado, como a dos kilómetros hacia el oriente, pero yendo por la playa es una caminada muy agradable.
Hay un paso difícil en una parte donde el mar se ha comido la barranca, pero con cuidado y la ayuda de un palo como bastón, no pasa nada.
En el Volcán había cuatro personas mayores sumergidas en el lodo. Yo los ví conversar mientras en el centro del lodazal se hacía una burbuja gigante que explotaba cada 43 segundos.
Desde cuando pasé hacia el volcán tengo un nuevo amigo: un perro mono y grande que no me ha abandonado y al cual le participé de una empanada de carne, como homenaje a la verdadera amistad. Cómo son de sumisos y fieles estos animales.
Ahí cerca un mayordomo ordeñaba las vacas. Qué belleza como el ternero tan pronto lo sacaban del corral salía desesperado a buscar a la madre para alimentarse. Al pequeño animal solo le permitían ‘bajar la leche’ para que el mayordomo la sacara más fácil.
Acto Cívico.
Entrando al pueblo está el colegio Restrepo. Hoy hay acto cívico para celebrar el día del idioma. Cada grupo nombra sus representantes que salen al escenario para exponer la cartelera. Solo una no la leyó, sino que la expuso como quien sabe del tema y por lo tanto, fue ovacionada. En tierra de ciegos, el tuerto es rey.
Pensaba yo en el artículo de Ricardo Mejía ayer en El Colombiano en donde decía que lo importante hoy no es ni siquiera saber, pues el Internet está lleno de conocimientos, sino sobre todo, ser creativo. Qué tal para exponer el tema de la importancia del idioma, hacerlo en jeringonza:
‘Elpe ipidipiopamapa espe elpe mepejorpo mepedipiopo quepe tipiepenepe elpe hompobrepe paparapa copomupunipicarpasepe conpo suspu sepemepejanpatespe….’.
Si se escoge a un joven que lo diga de corrido y sin reírse, ahí sí toda la audiencia se moriría de la risa. Sería un momento inolvidable.
A una cuadra de la plaza principal de Arboletes está el Palacio Municipal Jorge Eliécer Gaitán. Allí subí a buscar la foto aérea que, como siempre, encontré en la oficina de Planeación, esa sí con aire acondicionado y tal.
Por la foto me di cuenta cómo Arboletes tiene hacia el norte una punta que entra al mar y cuyo poblado se llama Puerto Rey.
Frente a la alcaldía está la Plaza de Mercado en donde compré manguitos de azúcar deliciosos, a solo doscientos pesos la unidad.
Mirando el listado del Censo 2005 me doy cuenta de la cantidad de pueblos que podría visitar en Urabá: Apartadó, Arboletes, Carepa, Dabeiba, Murindó, Mutatá, Necoclí, San Juan de Urabá, San Pedro de Urabá, Turbo y Uramita. Dos, cuatro, seis…once en total. Vamos a ver cómo me va.
El pueblo.
La iglesia de Arboletes es muy sencilla. Lo único que tiene de especial es la forma de ángel con vestiduras blancas y un cirio encendido que forma el frontis del templo.
Por dentro la ermita tiene el techo cubierto con tablilla y como unos corredores con jardín a los lados. Refrescan el ambiente y se ven bonitos. El reloj de la torre señala la hora exacta.
El parque de Arboletes es grande, amplio y bien arborizado. En uno de los costados estacionan los moto-taxistas en una actitud de ‘Siempre Listos’ que me llamó la atención: no se bajan del vehículo, sino que lo parquean en reversa y permanecen sentados en el sillín esperando a los clientes.
Mientras comía caí en cuenta que en Arboletes no hay limosneros, o al menos no se han acercado a mí. Esta mañana ví a una señora que llevaba de la mano un niño invidente como de seis años.
Ahora tengo remordimiento de no haber abordado a la mamá del infante para decirle cómo para ese niño hay posibilidades de estudiar no solo el bachillerato, sino una carrera universitaria. Lástima, a lo mejor la mamá espera que su hijo sea un mendigo o simplemente ignora las muchas posibilidades que tienen ahora los invidentes.
Por último abordo un auto para San Juan de Urabá. Cómo es de rico viajar. Me encanta.
En el colectivo vamos cinco personas. Una señora costeña típica, habla cantado y con voz chillona, deliciosa. Yo me entretengo escuchándola mientras observo los potreros secos por el intenso verano que ha hecho por esta zona. Hasta los árboles más grandes han perdido las hojas. Ojalá llueva pronto como en este momento cuando el viaje ha estado acompañado de una lluvia leve.
Si quiere darse una mejor idea de Arboletes, no es sino que mire el video con dron de Angelo Alzate. Espectacular, vale la pena suscribirse a esa página de YouTube.
El alcalde de Arboletes hasta el 2019 es el señor Lorenzo Acuña Romero.
Arboletes es un pueblo netamente agropecuario. En el área rural viven 18.500 campesinos y en el casco urbano residen 12.200 pueblerinos para un total de 30.700 habitantes.
Buenos días cómo llegar a arboletes desde Armenia Quindío hay que ir primero a Medellín y saben a cómo está el pasaje gracias
Sí, debes llegar primero a Medellín y de ahí a Arboletes. El pasaje debo costar unos 80.000 pesos, calculo. Saludos.